jueves, 23 de enero de 2014

Un coloso en Ruinas



Confieso que no esperaba ver tal destrucción detrás de la fachada tan pulcramente pintada de azul, color que representa al equipo insignia de la capital, y es que sentí hasta pena por el estado constructivo en que se encuentra el estadio de pelota Latinoamericano ubicado en la barriada del Cerro.

Cuantas hazañas guarda en su corazón el coloso del cerro como es popularmente conocido este gigante de las bolas y los strike, cuantas veces vibramos de emoción con un batazo de Marquetti, o un fildeo de German Mesa por solo citar algunos de nuestros grandes jugadores.

Lo primero que uno se encuentra al llegar al lugar es que está prácticamente militarizado con un enorme dispositivo de la Policía Nacional Revolucionaria que forma cordones y casi puede superar a la afición cuando se desarrolla un juego que despierte poca atención entre el público, aunque las personas toman bebidas alcohólicas, apuestan dinero y gritan improperios contra los jugadores y árbitros al libre albedrío sin que nadie se moleste en requerirlos.

Cuando se logra entrar se encuentra con un olor desagradable que provienen de los baños que al parecer nadie se preocupa en limpiar y además de eso un montón de vendedores privados y estatales que se afanan en vender sus mercancías a precios exorbitantes y muchas veces violando las elementales normas de sanidad.

Más todo esto no es lo peor, pues las gradas del estadio están destruidas con numerosos asientos sin fondo o con el respaldo defectuoso, la malla protectora que forma una barrera protectora para impedir que una pelota que se escape o sea bateada hacia atrás golpee al público está destruida y por ella entran las pelotas como si no existiera nada en ese lugar.

Pero si esto no bastara para hacer que cualquiera pierda el deseo de ir a presenciar un juego el techo tiene faltante de tejas y la pizarra de anotaciones que se eleva en la parte alta del graderío central presenta problemas y algunas casillas lumínicas no funcionan haciendo casi imposible poder descifrar en cuál de todos los episodios se hicieron las carreras o donde no.


Por supuesto que no todo es malo en ese lugar pues el terreno de juego esta impecable y las cercas aún permanecen acolchonadas con lo cual se evita que un jugador choque contra ellas y se pueda lesionar, más esto es una pequeña ganga y que en nada beneficia a los que deciden acompañar a su equipo en el tránsito por la serie nacional de pelota y que al final es el que merece el mayor respeto posible.

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